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viernes, 21 de octubre de 2011

un nuevo despertar (2)

El dolor punzante en mi cabeza comenzó a desaparecer al estar mas cerca de la casa de Ezequiel. Iba temblando como una adolescente antes de llegar a su casa, tiempo de no andar por esos lados, me comenzaron a invadir muchos recuerdos agradables en mi pololeo con Ezequiel. Recuerdo que me encantaba caminar por horas por la plaza o conocer nuevos lugares a pie, eran de esas caminatas llena de temas interesantes para conversar, en donde siempre abundaba la risa. Después de sentir esa felicidad en mi recuerdos también me invadió la nostalgia.
Cuando doblaba por el pasaje para entrar a la casa de Ezequiel me recorrió toda la espina dorsal un temblor que estremeció mi cuerpo y erizo mi piel. Me dieron ganas de correr cuando ya pude divisar la casa.
Cuando llegue a su puerta vi mi mano temblorosa tocar el timbre, espere un momento asegurándome de haber tocado bien el timbre y pensando que decir al saludar a su madre. Al abrir la puerta me emocione,  pero mi emoción duro poca al ver que se asomaba su tía Dora, le gusto verme hace mucho que no iba a su casa como lo era antes, ella siempre fue muy amable con migo y era la mediadora para los permisos de Ezequiel. Lo primero que me pregunto la tía Dora fue:
Que haces aquí Valentina? -
Me quede un momento muda para poder explicar la situación calmada y lógicamente- Nada tía es que necesitaba hablar con Ezequiel un momento él se encuentra en casa?
 La tía no se demoro mucho en responder y decirme que la familia se encontraba de viaje y ella iba a cuidar la casa por la semana. Interrumpí su dialogo preguntándole en donde habían ido, pero ella noto mi impaciencia y se rió.
Mi niña dijo, y sentí su cercanía como lo era antes,andan fuera del país pero no te preocupes regresaran el sábado que viene. Quise preguntar mas pero seria inútil e idiota continuar. me despedí con un fuerte abrazo y deje la casa de Ezequiel rápidamente.
Decidí sentarme en una plaza para pensar que hacer ahora, y saque mi celular. Marque el número de Ezequiel pero no hubo respuesta y recordé las llamadas de Aidan. Y preferí dejar el tema para después y ir a ver a mi pololo para despejar un poco esta locura que se formo en mi cabeza.

Ya eran las 2 de la tarde cuando llegue a casa de Aidan, toque el timbre rápido sin planear nada bueno que decir. Mi desaparición del día de ayer había sido notorio y sabia que estaba molesto. Me abrió la puerta para que pudiera entrar, al parecer la casa estaba sola, me lo tope en la escalera, su rostro lo decía todo, estaba molesto. Lo salude lo mas normal y me estrecho entre sus brazos con tanto amor que llegue a llorar y me dijo suavemente - No me hagas esto Valentina, estaba tan preocupado... no he podido dormir, pensé lo peor... Lo detuve con un beso y lo mire a los ojos.
- Perdoname , estoy bien y aquí para ti. Me hipnotice en sus ojos claros de dulzura y me aferre a ese abrazo para que fuera eterno, el limpio mis lágrimas ya secas de mis mejillas y me dejo caer en otro de sus extasiosos besos. Nos detubimos para ir a la cocina por agua, nuestras bocas ya estaban secas y nuestro cuerpo necesitaba respirar. Subimos a su habitación y me recoste en su cama como de costumbre el reviso en breve su computador y cuando sonó la típica musiquita del equipo al apagarce me dijo sin mirarme a los ojos - Me vas a contar lo que te sucedió ayer.
Me quede un rato petifricada y pensando en mucho y en nada a la ves, que decir, debía ser algo convincente y no le podía mentir porque el lo notaba y eso lo haría enojarce de nuevo.
-Aidan en realidad es lago loco, es que también es muy complicado explicarte así, ya que ... Me interrumpió de golpe y me miro, noto que estaba dilatando el tiempo y solo suspiro y me dijo- Si no puedes contarme no hay problema, solo dime que estará todo bien... Me quede atónita , de verdad se había asustado con lo de ayer que estaba dispuesto a perdonarme cualquier cosa, me sentí amada como nunca lo había sentido, ese amor tan sublime que puedes tocar su eternidad. Me levante suavemente de la cama y me acerque asía el, lo tome de las manos y las entrelace con las mías, y le dije - Amor no puedo recordar bien que sucedió pero creo que no es motivo para creer que las cosas no estarán bien, te amo y eso no cambiara en un día ni nunca, prometo aclararlo todo y contarte, pero ahora solo quiero... no alcance a terminar y ambos nos envolvimos en un beso esquisitos esos que desenvuelven mas que un sentimiento y mas  que una palabra. El resto es de esperarce, caímos en los brazos de Afrodita y las palabras se ausentaron por horas placenteras del lenguaje corporal de ese que hablan las canciones de amor.



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